lunes, 10 de mayo de 2010

San Marcos (Marcos Mariscal Rosado)


San Marcos Evangelista (en griego: Μάρκος) (siglo I) es considerado tradicionalmente el autor del Evangelio de Marcos.

Marcos en el Nuevo Testamento
Suele identificársele con Juan, llamado Marcos. Este personaje aparece varias veces en los Hechos de los Apóstoles. Se le cita por primera vez en Hechos 12:12, cuando Simón Pedro, milagrosamente liberado de la cárcel, se refugia en casa de María, madre de "Juan, por sobrenombre Marcos". Acompañó a Pablo de Tarso y a Bernabé en el primer viaje de Pablo (Hechos 13:5), pero se separó de ellos cuando llegaron a Panfilia, regresando a Jerusalén (Hechos 13:13 (en estos versículos se hace referencia a él simplemente como "Juan". Cuando Pablo iba a iniciar su segundo viaje, tuvo una grave disputa con Bernabé a propósito de "Juan, llamado Marcos": Bernabé quería que fuese con ellos, pero Pablo se negaba, ya que les había abandonado en el viaje anterior. Pablo y Bernabé terminaron por separarse, y Marcos acompañó al segundo en su viaje a Chipre (Hechos 15:37-39).
No está claro si este personaje, "Juan, llamado Marcos" es el mismo al que se hace referencia en algunas epístolas atribuidas a Pablo, concretamente en 2Timoteo 4:11, Colosenses 4:10, Filemon 1:24 y en la Primera Epístola de Pedro (1Pedro 5:13). En Colosenses y Filemón dice de él que es primo, o sobrino, de Bernabé, lo que podría explicar que éste disputase con Pablo acerca de Marcos.
En el final de la Primera Epístola de Pedro, éste se refiere a "mi hijo Marcos". Mientras que las iglesias católica y ortodoxa interpretan que se trata de un hijo espiritual (es decir, que Marcos hubiese sido bautizado por Pedro) o que simplemente Pedro le tenía mucho cariño, varios teólogos protestantes no tienen inconveniente en admitir que podría tratarse de un hijo físico.
No está claro que todas las menciones neotestamentarias hagan referencia al mismo personaje, aunque sí parece lo más probable.
Atribución del Evangelio de Marcos
Marcos es considerado por la tradición cristiana el autor del evangelio que lleva su nombre. Puesto que él no fue discípulo directo de Jesús basó su relato -siempre según la tradición- en las enseñanzas de Pedro. El autor más antiguo que asignó a Marcos la autoría de este evangelio fue Papías de Hierápolis, en la primera mitad del siglo II, en un testimonio citado por Eusebio de Cesarea:
«y el anciano decía lo siguiente: Marcos, que fue intérprete de Pedro, escribió con exactitud todo lo que recordaba, pero no en orden de lo que el Señor dijo e hizo. Porque él no oyó ni siguió personalmente al Señor, sino, como dije, después a Pedro. Éste llevaba a cabo sus enseñanzas de acuerdo con las necesidades, pero no como quien va ordenando las palabras del Señor, más de modo que Marcos no se equivocó en absoluto cuando escribía ciertas cosas como las tenía en su memoria. Porque todo su empeño lo puso en no olvidar nada de lo que escuchó y en no escribir nada falso». (Eusebio, Hist. Ecl. iii. 39).
Desde el siglo II se dio por sentado que Marcos era el autor de este evangelio. Aunque es imposible tener ningún tipo de certeza a este respecto, se ha aducido convincentemente que no hay ninguna razón por la cual los primitivos cristianos tuvieran que adjudicar la autoría de este evangelio a un personaje oscuro que no fue discípulo directo de Jesús, en lugar de atribuírsela a uno de los apóstoles.
La tradición cree que Marcos es el joven que va envuelto en una sábana siguiendo a los que llevaban preso a Jesús (Mc 14, 51-52), y se escapa desnudo; esta sería una especie de firma secreta de su autoría. Así mismo se cree que la "estancia superior", en la cual se celebró la última cena y donde se reunían los discípulos después de muerto Jesús era propiedad de su familia.

Leyendas
Según la tradición, Marcos predicó el evangelio en Alejandría, donde realizó varios milagros y estableció una iglesia, nombrando un obispo, tres presbíteros y siete diáconos. También se cree que fue martirizado allí hacia el año 68, y que sus asesinos trataron de quemar su cuerpo, sin conseguirlo. Los cristianos de Alejandría rescataron su cuerpo intacto, lo envolvieron y le dieron sepultura en la parte oriental de la iglesia que habían construido.

Reliquias
En 828, las reliquias atribuidas a San Marcos fueron llevadas de Alejandría por navegantes italianos, que las trasladaron a Venecia, donde se conservan en la Basílica de San Marcos, construida expresamente para albergar sus restos. Los coptos creen que la cabeza del santo quedó en Alejandría. Cada año, en el día 30 del mes de Babah, la Iglesia Copta conmemora la consagración de la iglesia de San Marcos, y la aparición de la cabeza del santo en la iglesia copta de San Marcos, en Alejandría, donde se conservaría su cabeza.
Iconografía


El León, símbolo de San Marcos
Se asocia a San Marcos con el león porque su Evangelio empieza hablando del desierto, y el león era considerado el rey del desierto y porque su Evangelio empieza hablando del río Jordán y a sus alrededores había muchas fieras, entre ellas el león. También se dice que es el león porque en su Evangelio comienza hablando de Juan el Bautista como "Voz que clama en el desierto", voz que sería como la de un león.
La Iglesia católica celebra su fiesta el 25 de abril.

SAN PEDRO- Pedro Gamaza Molina.




San Pedro
(Betsaida, c. 1 a. C. - Roma, 29 de junio de 67), conocido también como Cefas o Simón Pedro; y cuyo nombre de nacimiento era Shimón bar Ioná, fue -de acuerdo con el Nuevo Testamento- un pescador, conocido por ser uno de los doce apóstoles, discípulos de Jesús de Nazaret. Es llamado "El príncipe de los Apóstoles". La Iglesia católica con sede en el Vaticano, lo identifica como el primer dirigente de su Iglesia, basándose, entre otros argumentos, en las palabras que le dirigió Jesús: "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo" (Mateo 16:18-19).

Conocemos la vida de Pedro por los datos que de él recoge el Nuevo Testamento más algunos documentos de Clemente Romano, Papa a finales del siglo I y que con bastante probabilidad le conoció, que tratan de los últimos años de su vida. De acuerdo con la narración evangélica, Pedro era un pescador judío de Galilea, oficio que ejercía con su hermano Andrés; estaba o había estado casado, puesto que la curación de su suegra se recoge en los evangelios sinópticos (Mateo 8:14-17, Marcos 1:29-31, Lucas 4:38). Otros escritos, parte del corpus declarado apócrifo en Nicea, mencionan que había tenido una hija.

Pedro fue incorporado al grupo de los apóstoles a principios del ministerio de Jesús en Galilea. Según el testimonio de Juan (Juan 1:40-42), fue su hermano Andrés quien lo introdujo al grupo, tras haberse contado ambos entre los seguidores de Juan el Bautista. La narración de los sinópticos da otro punto de vista, narrando la historia de que al ver a ambos recoger las redes, Jesús invitó a los dos hermanos a hacerse pescadores de hombres (Mateo 4:18-22, Marcos 1:16-20, Lucas 5:1-10) y fue Simón el primero en reconocer a Jesús como el Hijo de Dios.

Fue uno de los tres discípulos íntimos que, según la Biblia, fueron testigos de la transfiguración de Jesús (Marcos 9:1). Según el relato bíblico fue el primero en reconocer a Jesús como el Mesías esperado (Marcos 8:29) recibiendo de Jesus el apelativo de Pedro (piedra) sobre la cual edificaría su Iglesia (Mateo 16:13-20).

Los evangelios recogen también la profecía de Jesús anunciando la traición de Pedro quien lo negaría tres veces consecutivas avergonzándose de ser seguidor de Jesus. En ese mismo episodio, Jesús le dijo "y tú, después que hayas vuelto, confirma a tus hermanos" (Lucas 22:32). En esta tarea encomendada por Jesús a Pedro de confirmar a sus hermanos, ha visto la Iglesia católica otro fundamento para sostener el primado de Pedro sobre los demás Apóstoles. Aun cuando la noche de la última cena, Pedro juró no apartarse de Jesús, al ser interrogado por los soldados romanos que lo habían detenido, negó tres veces conocerlo antes del canto del gallo, es decir, antes de que la noche acabase (Mateo 26:69-75, Marcos 14:66-72, Lucas 22:54-62, Juan 18:25-27). Luego de la resurrección, según lo relata Juan Juan 21:15-17, Jesús resucitado se aparece ante los discípulos y dirigiéndose a Pedro le hace reafirmar tres veces su amor por Él, encargándole la tarea de ser pastor de sus ovejas y apacentar sus corderos. En este episodio también se basa la Iglesia católica para sustentar su creencia de que San Pedro fue el primer Papa.


Muerte de Pedro.

La tradición católica narra que Pedro acabó sus días en Roma, donde habría sido obispo, y que allí murió martirizado bajo el mandato de Nerón en el Circo Vaticano, sepultado a poca distancia del lugar de su martirio y que a principios del siglo IV el emperador Constantino mandó construir la gran basílica vaticana.

Clemente Romano, en su carta a los corintios, data su muerte en la época de las persecuciones de Nerón. El evangelio de Juan sugiere, en su característico estilo alegórico, que Pedro fue crucificado. Algunos retrasan la redacción de este Evangelio hasta el siglo II, por lo que consideran su testimonio de menor relevancia. Pedro de Alejandría, que fue obispo de esa ciudad y falleció en torno a 311, escribió un tratado llamado Penitencia, en el que dice: "Pedro, el primero de los apóstoles, habiendo sido apresado a menudo y arrojado a la prisión y tratado con ignominia, fue finalmente crucificado en Roma". Orígenes en su Comentario al libro del Génesis III, citado por Eusebio de Cesarea, dice que Pedro pidió ser crucificado cabeza abajo por no considerarse digno de morir del mismo modo que Jesús. Lo mismo relata Jerónimo de Estridón en su obra Vidas de hombres ilustres.

lunes, 12 de abril de 2010

San José (José Manuel Contreras Pérez)

José de Nazaret fue, según la religión cristiana, el esposo de Maria, la madre de Jesús de Nazaret y, por tanto, padre adoptivo de Jesús (padre putativo, o pater putativus según el léxico tradicional).

Era de oficio carpintero, profesión que enseñó a su Hijo y de extracción humilde, aunque las genealogías de Mateo 1:1-17 y Lucas 3:23-38, lo hacen descendiente del Rey David. Se ignora la fecha de su muerte (tradicionalmente, se acepta que murió cuando Jesucristo tenía más de 12 años), pero no está presente en el relato evangélico de la predicación de Jesús, por lo que se presume que murió antes de que esta tuviera lugar.


José en la Biblia

El evangelio de Mateo 1:18-24 parte del drama que vivió al saber que Maria estaba embarazada. Iba a repudiarla, en secreto porque era justo, la amaba y no quería que fuera apedreada según lo dispuesto en la Ley. El Ángel del Señor le manifiesta que ella concibió por obra del Espíritu Santo y que su hijo salvará a su pueblo, por lo que José acepta a María.



Luego cuando Herodes ordena matar a los bebés de Belén, para salvar al Niño Jesús, se desplaza con su familia hasta Egipto. Al morir Herodes regresa, pero no se establece en Judea por miedo a Arquelao, el hijo de Herodes y decide esconder a la familia en Nazaret (Mateo 2:13-23), lugar que según recientes descubrimientos arqueológicos era entonces una pequeña aldea con casas muy humildes adyacentes a cuevas rocosas y donde antes vivía María, según Lucas 1:26-32.





Según la Tradición, José nació 19 años antes que Jesús, en Belén. Los padres de José son Santiago y Santa Juana. De Santiago (cuyo nombre original es Jacob) era natural de Belén. Sus padres eran Mathan y Estha. La genealogía de San Mateo es la de él. Santa Juana (cuyo nombre original es Abdit) llamada por algunos Abigail, era de Belén. Sus padres eran Eleazar y Abdit.

José además tenía un primo hermano de nombre Cleofás que fue padre de Santiago el Menor, José Barsabas, Simón El Celote, Judas Tadeo, Lidia y Lisia , estos fueron conocidos como hermanos de Jesús , aunque en realidad eran sus primos segundos.



José muere poco antes de que Jesús iniciara su vida pública.Muchos teólogos sostienen que José subió al cielo en cuerpo y alma , incluso algunos sostienen que José fue inmaculado desde su concepción, la Josefología está en constante evolución.



Por la fidelidad a su esposa, con la que según la Iglesia Católica no consumó el matrimonio, debido a que María estaba profundamente entregada al amor de su padre divino (aún siendo verdadero esposo virginal), San José recibió el don divino de la paternidad, de ahí su dignidad y santidad. San José fue declarado patrono de la familia. El Papa Pío IX lo proclamó patrono de la Iglesia universal en 1870. Debido a su trabajo de carpintero es considerado patrono del trabajo, especialmente de los obreros. La Iglesia Católica lo ha declarado también protector contra la duda y en 1920 el Papa Benedicto XV lo declaró además patrono contra el comunismo y la relajación moral. En 1989 el papa Juan Pablo II le dedicó una exhortación apostólica: "Redemptoris Custos". Ha sido proclamado patrono de América, China, Canadá, Corea, México, Austria, Bélgica, Bohemia, Croacia, Perú,Vietnam.

Dios le confió a San José una misión excepcional: ser esposo de la Virgen María y padre adoptivo de Su Hijo, Jesús, constituyéndose así en el Custodio de la Sagrada Familia. San José es, por lo tanto, el santo que más cerca está de Jesús y de la Virgen.

Las fuentes de información confiable sobre la vida de San José son el evangelio según San Mateo y el evangelio según San Lucas. Existen una variedad de escritos posteriores con muchos detalles contradictorios que se le atribuyen a su vida (el "Evangelio de Santiago", "La Historia Copta de San José", la "Vida de la Virgen y la Muerte de San José", etc.), pero estos libros no están dentro del canon de las Sagradas Escrituras y nunca han sido considerados verdaderos por la Iglesia.

San José era descendiente del rey David y probablemente nació en Belén, aunque vivía en Nazaret en el tiempo de la Anunciación. Su oficio era el de carpintero (Mateo 13,55, Marcos 6,3).

Las palabras de la Anunciación por parte del ángel Gabriel acerca de la venida del Hijo de Dios que se encuentran en el Evangelio según San Lucas 1,28-38, fueron dichas «a una joven virgen que estaba comprometida en matrimonio con un hombre llamado José, de la familia de David. La virgen se llamaba María.» (Lucas 1,27).

En la cultura judía de entonces, toda mujer debía pertenecer a un hombre: a su padre, a su esposo o, si fuera viuda, a un hijo, por lo que este compromiso daba ya los derechos de la vida conyugal; es decir, María ya es esposa de José, aún cuando ella no había salido todavía de la casa paterna (Mateo 1,20,24).

José fue hombre agradable a Dios: justo, bueno (Mateo 1,19). Cuando María quedó embarazada por obra del Espíritu Santo es evidente que José aún no sabía cuál sería su papel en este misterio; pero pronto quedaría aclarado cuando el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, descendiente de David, no tengas miedo de llevarte a María, tu esposa, a tu casa; si bien está esperando por obra del Espíritu Santo, tú eres el que pondrás el nombre al hijo que dará a luz. Y lo llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mateo 1,20,21).

De esta manera, aunque José no era padre natural de Jesús, el Hijo de Dios, a él se le encomendó darle el nombre, lo que era propio del padre o tutor y, por lo tanto, San José se convierte en el hombre elegido por Dios para una confianza muy especial: ser el Custodio del Redentor, de María Santísima y del misterio cuyo cumplimiento habían esperado desde hacía muchas generaciones la estirpe de David y toda la “casa de Israel”.

Juan Pablo II nos dijo: “José entra en este puesto con la sencillez y humildad, en las que se manifiesta la profundidad espiritual del hombre; y él lo llena completamente con su vida. «Al despertar José de su sueño hizo como el ángel del Señor le había mandado» (Mateo 1,24). En estas pocas palabras está todo. Toda la decisión de la vida de José y la plena característica de su santidad. «Hizo». José es hombre de acción. Es hombre de trabajo. El Evangelio no ha conservado ninguna palabra suya. En cambio, ha descrito sus acciones: acciones sencillas, cotidianas, que tienen a la vez el significado límpido para la realización de la promesa divina en la historia del hombre; obras llenas de la profundidad espiritual y de la sencillez madura”.

Durante la Navidad en Belén (Lucas 2,1-18), contemplamos a San José en medio de circunstancias adversas, muy cerca de Santa María, lleno de delicadezas con Ella. Jesús va a nacer. Él ha preparado lo mejor que ha podido aquella gruta del pesebre. Pidámosle nosotros que nos ayude a preparar nuestra alma para recibir a Jesús.

Luego vemos a la Sagrada Familia en el momento de la presentación en el templo (Lucas 2,22-35). De nuevo San José dice “sí” a Dios, sin objeciones ni demoras, cuando “el Ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto. Quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes buscará al niño para matarlo.» José se levantó; aquella misma noche tomó al niño y a su madre y partió hacia Egipto” (Mateo 2,13,14).

Imaginemos esa huida de noche, a través de cientos de kilómetros de desierto, hacia un país extraño, sin conocer su lengua, sus costumbres, sin contactos, sin trabajo del cual vivir... para después de un tiempo regresar, siempre en obediencia a la voluntad del Señor (Mateo 2,19-23).

Seguramente Jesús llamaba “padre” a José (Lucas 2,48), pero en el templo de Jerusalén, después que él y María encontraron a Jesús a quien habían perdido de vista, José escucha las misteriosas palabras: «¿Y por qué me buscaban? ¿No saben que yo debo estar donde mi Padre?» (Lucas 2,49)... y José, lo mismo que María, saben bien de Quién habla. No obstante, Jesús estaba sumiso tanto a José como a María (Lucas 2,51) tal como un buen hijo está sumiso a sus padres.

Pasan los años de la vida oculta de la Sagrada Familia de Nazaret. El Hijo de Dios, enviado por el Padre, está oculto para el mundo, oculto para todos los hombres, incluso para los más cercanos. Sólo María y José conocen su misterio. Viven este misterio cada día. El Hijo del Eterno Padre pasa, ante los hombres, por hijo de ellos; por «el hijo del carpintero» (Mateo 13,55). Al comenzar el tiempo de su misión pública, Jesús recordará, en la sinagoga de Nazaret, las palabras de Isaías que en aquel momento se cumplían en Él, y los vecinos y los paisanos dirán: «¿No es el hijo de José?» (Lucas 4,16-22). El Hijo de Dios, el Verbo Encarnado, durante treinta años de vida terrena permaneció oculto: se ocultó a la sombra de José. Al mismo tiempo, María y José permanecieron escondidos en Cristo, en su misterio y en su misión.

Como se puede deducir del Evangelio, San José dejó esta vida antes de que Jesús se revelara al mundo como Cristo, pues no aparece en los relatos del Evangelio de Su predicación, pasión, muerte y resurrección. Al morir Jesús, María queda sin familia cercana (viuda, sin hijos) que la pueda acoger y, para los judíos de entonces, es como una maldición para una mujer el quedarse sola. Jesús, estando en la cruz, confía María a su discípulo Juan, “Y desde aquel momento el discípulo se la llevó a su casa” (Juan 19,27). Sería absurdo, inconcebible, que una madre tuviera que ir a vivir con otro familiar teniendo esposo o hijos propios.

A propósito de San José, nuestro recordado Juan Pablo II, nos regala esta reflexión: “La Iglesia, que, como sociedad del Pueblo de Dios, se llama a sí misma también la Familia de Dios, ve igualmente el puesto singular de San José en relación con esta gran Familia, y lo reconoce como su Patrono. Esta meditación despierta en nosotros la necesidad de la oración por intercesión de aquél en quien el Padre celestial ha expresado, sobre la tierra, toda la dignidad espiritual de la paternidad. La meditación sobre su vida y las obras, tan profundamente ocultas en el misterio de Cristo y, a la vez, tan sencillas y límpidas, ayude a todos a encontrar el justo valor y la belleza de la vocación, de la que cada una de las familias humanas saca su fuerza espiritual y su santidad”.



San Mateo: Manuel Angel Carrasco Racero



San Mateo
Apóstol y Evangelista


Mateo significa: "regalo de Dios".

Se llamaba también Leví, y era hijo de Alfeo.

Su oficio era el de recaudador de impuestos, un cargo muy odiado por los judíos, porque esos impuestos se recolectaban para una nación extranjera. Los publicanos o recaudadores de impuestos se enriquecían fácilmente. Y quizás a Mateo le atraía la idea de hacerse rico prontamente, pero una vez que se encontró con Jesucristo ya dejó para siempre su ambición de dinero y se dedicó por completo a buscar la salvación de las almas y el Reino de Dios.

Como ejercía su oficio en Cafarnaum, y en esa ciudad pasaba Jesús muchos días y obraba milagros maravillosos, ya seguramente Mateo lo había escuchado varias veces y le había impresionado el modo de ser y de hablar de este Maestro formidable. Y un día, estando él en su oficina de cobranzas, quizás pensando acerca de lo que debería hacer en el futuro, vio aparecer frente a él nada menos que al Divino Maestro el cual le hizo una propuesta totalmente inesperada: "Ven y sígueme".

Mateo aceptó sin más la invitación de Jesús y renunciando a su empleo tan productivo, se fue con El, no ya a ganar dinero, sino almas. No ya a conseguir altos empleos en la tierra, sino un puesto de primera clase en el cielo. San Jerónimo dice que la llamada de Jesús a Mateo es una lección para que todos los pecadores del mundo sepan que, sea cual fuere la vida que han llevado hasta el momento, en cualquier día y en cualquier hora pueden dedicarse a servir a Cristo, y El los acepta con gusto.

Mateo dispuso despedirse de su vida de empleado público dando un gran almuerzo a todos sus amigos, y el invitado de honor era nada menos que Jesús. Y con Él, sus apóstoles. Y como allí se reunió la flor y nata de los pecadores y publicanos, los fariseos se escandalizaron horriblemente y llamaron a varios de los apóstoles para protestarles por semejante actuación de su jefe. "¿Cómo es que su maestro se atreve a comer con publicanos y pecadores?"

Jesús respondió a estas protestas de los fariseos con una noticia que a todos nos debe llenar de alegría: "No necesitan médico los que están sanos, sino los que están enfermos. Yo no he venido a buscar santos sino pecadores. Y a salvar lo que estaba perdido". Probablemente mientras decía estas bellas palabras estaba pensando en varios de nosotros.

Desde entonces Mateo va siempre al lado de Jesús. Presencia sus milagros, oye sus sabios sermones y le colabora predicando y catequizando por los pueblos y organizando las multitudes cuando siguen ansiosas de oír al gran profeta de Nazaret. Jesús lo nombra como uno de sus 12 preferidos, a los cuales llamó apóstoles (o enviados, o embajadores) y en Pentecostés recibe el Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego. Los judíos le dieron 39 azotes por predicar que Jesús sí había resucitado (y lo mismo hicieron con los otros apóstoles) y cuando estalló la terrible persecución contra los cristianos en Jerusalén, Mateo se fue al extranjero a evangelizar, y dicen que predicó en Etiopía y que allá murió martirizado.

En todo el mundo es conocido este santo, y lo será por siempre, a causa del maravilloso librito que él escribió: "El evangelio según San Mateo". Este corto escrito de sólo 28 capítulos y 50 páginas, ha sido la delicia de predicadores y catequistas durante 20 siglos en todos los continentes. San Mateo en su evangelio (palabra que significa: "Buenas Noticias") copia sermones muy famosos de Jesús, como por ej. El Sermón de la Montaña (el sermón más bello pronunciado en esta tierra), el sermón de las Parábolas, y el que les dijo a sus apóstoles cuando los iba mandar a su primera predicación. Narra milagros muy interesantes, y describe de manera impresionante la Pasión y Muerte de Jesús. Termina contando su resurrección gloriosa.

El fin del evangelio de San Mateo es probar que Jesucristo sí es el Mesías o Salvador anunciado por los profetas y por el Antiguo Testamento. Este evangelio fue escrito especialmente para los judíos que se convertían al cristianismo, y por eso fue redactado en el idioma de ellos, el arameo.

Quizás no haya en el mundo otro libro que haya convertido más pecadores y que haya entusiasmado a más personas por Jesucristo y su doctrina, que el evangelio según San Mateo. No dejemos de leerlo y meditarlo.

A cada uno de los 4 evangelistas se les representa por medio de uno de los 4 seres vivientes que, según el profeta, acompañan al Hijo del hombre (un león: el valor. El toro: la fuerza. El águila: los altos vuelos. Y el hombre: la inteligencia). A San Marcos se le representa con un león. A San Lucas con un toro (porque empieza su evangelio narrando el sacrifico de una res que estaban ofreciendo en el templo). A San Juan por medio del águila, porque este evangelio es el que más alto se ha elevado en sus pensamientos y escritos. Y a San Mateo lo pintan teniendo al lado a un ángel en forma de hombre, porque su evangelio comienza haciendo la lista de los antepasados de Jesús como hombre, y narrando la aparición de un ángel a San José.

Que San Mateo, gran evangelizador, le pida a Jesús que nos conceda un gran entusiasmo por leer, meditar y practicar siempre su santo evangelio.

Marta. Marta Moreno.


María y Marta eran de Betania, al igual que Lázaro, su hermano, que había caído enfermo.
Las hermanas mandaron llamar a Jesús para que lo visitara, pero cuando este llegó, Lázaro ya estaba muerto. Marta fue a recibirlo, mientras que María se quedó en casa. Habló con Jesús, y le dijo que si él hubiera estado con su hermano, éste no habria muerto, pero Jesús le dijo que iba a resucitar porque creía en él, y todo el que crea en él, aunque esté muerto, vivirá, y el que esté vivo y crea en él, no morirá.
Marta, que creía en él, fue a llamar a su hermana, y ésta fue a buscar a Jesús. Cuando lo vió, le dijo lo mismo que su hermana. Jesús se emocionó y preguntó donde estaba sepultado, y al verlo se emocionó más. Hizo que abrieran el sepulcro y entonces le habló a Dios y dijo: "Lázaro, sal fuera" y el muerto salió del sepulcro.
Jesús hizo que le quitaran las benda, y al verlo muchos judíos que habían ido a visitar a María, creyeron en él.

lunes, 22 de febrero de 2010

vive la cuaresma...



por Rocio Collantes

JUAN EL EVANGELISTA (Alejandro Ruiz)


JUAN EL EVANGELISTA

Juan, llamado el Evangelista, "el Señor es misericordioso", fue un escritor místico del cristianismo primitivo al que la tradición considera autor del Evangelio según san Juan y, quizás, de otros escritos afines (joánicos) como el Apocalipsis y de tres cartas, 1 Juan, 2 Juan y 3 Juan, aunque hay dudas acerca de la autoría de las dos últimas.

el Evangelio de San Juan era anónimo en origen, y no es seguro siquiera que el nombre del autor fuera "Juan", aunque la tradición cristiana más antigua le asigna ese nombre desde casi el primer momento. Parece que, en todo caso, el autor del evangelio es judío, y escribe para personas que no conocen las costumbres judías. Según la tradición, para las iglesias de Asia.

Juan es, de los cuatro evangelistas del Nuevo Testamento, el más poético y conceptual de todos ellos. Después de la muerte de Jesús, se llevó a vivir a María junto a él. No se le considera como un apóstol mártir según la tradición. Su fiesta, el 27 de diciembre, se celebra con el color litúrgico blanco.

Juan el Evangelista es más conocido por estar recostado sobre el pecho de Jesús durante la última cena (En 13,23). Problemática es la identificación tradicional con la persona de Juan el Apóstol, hijo de Bebederos y hermano de Santiago el Mayor. Igualmente problemática es la que lo identifica con Juan el Presbítero o Juan el Anciano, que aparece mencionado en los fragmentos de Papías.

Ireneo de Lyon cuenta que Juan, después del martirio de Pedro y Pablo, se estableció en Éfeso. La tradición nos dice que fue llevado a Roma, y el emperador Domiciano ordenó quemarlo con aceite caliente. Algunos dicen que murió mártir, y otros que se salvó del martirio y fue desterrado a la isla de Patmos, donde escribió el Apocalipsis. Fue maestro de Policarpo de Esmirna. Después de morir Domiciano pudo volver a Éfeso, donde escribió el resto de sus escritos y murió. Según la tradición su martirio ocurrió ante la Porta Latina de Roma, en el lugar donde se encuentra la iglesia de San Giovanni a Porta Latina. Estos hechos se conmemoran el 6 de mayo, día de San Juan ante Portam Latinam.

lunes, 1 de febrero de 2010

SAN ESTEBAN por Robe



Esteban fue un hombre extraordinario, lleno de fe y del Espíritu Santo, amado y estimado por todos los miembros de la comunidad cristiana. Su predicación tuvo gran aceptación y las conversiones se multiplicaban.La gente acudía a oírlo, dejaba la sinagoga y se añadía al grupo de los que creían en Jesús. Esteban, cuyo nombre significa “coronado”, es conocido como el “protomártir”, al ser el primer hombre que derramó su sangre por su fe en Jesucristo.

Llegó a ser uno de los hombres en los que más se pudieron apoyar losapóstoles para difundir su mensaje. Según podemos ver en los Hechos de los Apóstoles, la aparición de Esteban y de los otros diáconos en la vida pública de Jerusalén llegó cuando viudas y pobres que no eran israelitas se quejaron porque las ayudas eran destinadas a los propios israelitas antes que a los extranjeros.En ese momento, los apóstoles argumentaron que ellos no podían hacer frente a esa clase de conflictos porque estarían dejando de lado su misión de difundir el mensaje divino. Por ello, dieron la oportunidad de elegir a siete hombres justos que se encargaran de repartir las ayudas entre los pobres. Los mismos ciudadanos eligieron a los siete hombres justos, entre los que se encontraba Esteban. Estos hombres fueron presentados a los apóstoles y ordenados diáconos.

La labor de Esteban empezó a hacerse patente cuando los judíos venidos de otros países entablaban conversaciones con él, no pudiendo resistir la sabiduría que salía de sus palabras,inspiradas por el Espíritu Santo. Los de la sinagoga de los Libertos le llevaron delante del Sanedrín, presentando testigos falsos y acusándolede afirmar que Jesucristo iba a destruir el templo y poner fin a lasleyes de Moisés.

Esteban pronunció un discurso ante el los miembros del Sanedrín en el que fue repasando la historia del pueblo de Israel,echándoles en cara a los judíos su eterna oposición a los profetas y enviados de Dios, llegando incluso a matar al más importantes de todos ellos, el Redentor Jesucristo. Oyendo esto, los miembros del Sanedrínse enfurecieron. Esteban, lleno del Espíritu Santo, miró fijamente al cielo exclamando: “Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre en pie a la derecha de Dios”. En ese momento, los que le escuchaban se taparon los oídos y se lanzaron contra él.

Lo sacan entre gritos y empujones fuera de las murallas; los verdugos,tras quitarse sus mantos y dárselos a un joven llamado Saulo, sedisponen a lanzar piedras contra el cuerpo del primer mártir cristiano.

Esteban se hinca de rodillas y con los ojos hacia el Monte de los Olivos, donde un año o dos antes subió Jesús a los cielos, ruega a Él por los que levan a dar muerte, exclamando cuando siente los primeros golpes: “Domine Iesu, suscipe spiritum meum, Señor Jesús, recibe mi espíritu”.

Cayó su cuerpo bañado en sangre. El perdón de los enemigos, la caridad cristiana que abraza a todos los hombres, el mandato del amor había arraigado bien en el corazón de la Iglesia. El primer mártir cristiano moría perdonando a sus verdugos, tal y como lo había hecho Jesucristo en lo alto de la cruz.

Esta mansedumbre y caridad cristiana es la nota distintiva de la plenitud de San Esteban. Estaba lleno de gracia, sabiduría y de poder sobrenatural,pero sobre todo estaba lleno de amor, tenía un corazón formado en la escuela de Cristo.

El odio contra Esteban y Jesús, recogido en el corazón más grande que allí había presente, el único en que cabía, se iba a convertir en amor. Saulo, el fariseo, será muy pronto Pablo, el siervo de Cristo. La mejor corona de Esteban será la conversión de Saulo,que ahora guarda los vestidos de los verdugos, y que se va a convertiren el Apóstol, en el medio elegido por Dios para dar a conocer ladoctrina de su Hijo.

SAN PABLO por Alba Moreno



CONVERSIÓN DE SAULO.
Entre tanto,Saulo,que seguía amenazando de muerte a los discípulos del señor,se presentó al sumo sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco,con el fin de llevar encadenados a Jerusalén a cuantos seguidores de este camino,hombres o mujeres,encontrara cuando estaba ya cerca de Damasco,de repente lo envolvió un resplandor del cielo,cayó a la tierra y oyó una voz que decía:
-Saúl,Saúl ¿por qué me persigues?,Saulo preguntó:
-¿quién eres señor?,la voz le respondió:
-Yo soy Jesús, a quien tú persigues.
Levántate,entra en la ciudad y allí te dirán lo que debes hacer.
Los hombres que lo acompañaban se detuvieron atónitos,oían la voz,pero no veían a nadie.Saulo se levantó del suelo,pero,aunque tenía los ojos abiertos,no veía nada,así que lo llevaron de la mano y lo introdujeron en Damasco,donde estuvo tres días sin ver y sin comer ni beber.

SAULO EN DAMASCO Y EN JERUSALÉN.
Después de estar con los discípulos de Damasco predicaba que Jesús era hijo de Dios,y el mesías.Pero los judíos acordaron matarlo y este se enteró,aunque sus discípulos lo descolgaron de noche por el muro,metido en una espuerta.
En Jerusalén intentó unirse a los discípulos pero no lo creían y Bernabé lo toma y lo presenta a los apóstoles y contó lo ocurrido con el señor y su predicación en Damasco,predicó desde entonces el nombre del Señor con los apóstoles.
Disputaba con los judíos helenistas y estos querían matarlo,así que los hermanos lo llevan a Cesárea y lo envían a Tarso.

MISIÓN DE PABLO Y BERNABÉ.
La palabra de Dios crecía,Bernabé y Saulo,después de cumplir su misión,vuelven a Jerusalén,llevando con ellos a Juan(Marcos).

Mª MAGDALENA por María Gómez Llamas

LA MUJER ADÚLTERA (MªMagdalena conoce a Jesús)
Estaba Jesús un día rodeado de gente ejerciendo de Maestro. Durante esa enseñanza, llegaron unos maestros de la ley y fariseos con una mujer en adulterio. Le preguntaron al Maestro, a Jesús, si debía morir apedreada. Si Jesús aceptaba, éstos tendrían motivo para poder acusarla. Jesús, ante este suceso, dijo:
-Aquel de vosotros que no tenga pecado, puede tirarle la primera piedra.
Después de estas palabras, se fueron todos dejando a la mujer, sin condenarla, con Jesús. Jesús le dijo:
-Tampoco yo te condeno. Puedes irte y no vuelvas a pecar.


UNCIÓN EN BETANIA(En agradecimiento por no condenarla, le unge los pies)
Jesús estaba un día en casa de Simón el leproso con los discípulos. Mientras hablaba con ellos, llegó una mujer que poco despúes le derramó perfume en la cabeza. Los discípulos comenzaron a insinuar que era un despifarro lo que había hecho esa mujer. Jesús, ante esto, la defiende.
Con este acto anticipó que MªMagdalena y otras mujeres lo iban a ungir en el sepulcro.

CAMINO DE LA CRUZ (MªMagdalena se convierte en discípulo)
Iba Jesús con Simón llevando la cruz para que le crucificaran. El pueblo lo seguía lamentándose. Jesús les dijo que no se lamentaran por él. Algún día, de entre las mujeres que iban, se lamentarían por tener hijos, ya que sufrirían y dirían que serían dichosas las que no los tienen. MªMagdalena era una de esas mujeres.

EL SEPULCRO VACÍO (MªMagdalena se encuentra a Jesús en el sepulcro)
MªMagadalena, Juana y Mª de Santiago fueron al sepulcro donde estaba Jesús y su sorpresa fue que se lo encontraon vacío. María se quedó junto al sepulcro llorando y Jesús, convertido en'' jardinero'', le llamó por su nombre y le dijo que fuera a decírselo a sus discípulos. Él se tenía que ir con su padre.
(Según los evangelios, hay otra versión sobre este suceso: dos hombres con vestidos deslumbrantes les dijeron a las mujeres que Jesús había resucitado al tercer día de entre los muertos, como él mismo dijo en Galilea. Las mujeres fueron a comunicárselo a los apóstoles pero no creían lo que éstas decían, excepto Pedro, que fue al sepulcro y se quedó asombrado ante lo que veía. María se quedó junto al sepulcro llorando.)

lunes, 18 de enero de 2010

JUDAS, por Celia Parra Soto




LOS DOCE:

Jesús eligió a los doce discípulos, y les dió poder para expulsar a los espíritus inmundos y curar a los enfermos. Esos doce discípulos son: Simón, Pedro, Andrés, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo, Santiago, Simón el cananeo y Judas iscariote.
Tras haber sido elegidos los doce apóstoles...

TRAICIÓN DE JUDAS:

Judas fue a ver a los jefes de los sacerdotes. Estos le ofrecieron 30 monedas de plata y a partir de ahí buscaba el momento perfecto para entregarlo.

ANUNCIO DE LA TRAICIÓN DE JUDAS:

Cuando estaban en la mesa los doce apóstoles, Jesús les dijo que uno de ellos lo entregaría, y uno por uno le preguntaba si era él el traidor. Cuando llegó el turno de Judas dijo:
- " ¿soy yo acaso, maestro?.
y Jesús respondió:
- "Tú lo has dicho."

EL ARRESTO:

En el huerto Getsemaní estaban once apóstoles, y Judas, que era el que faltaba, llegó más tarde con soldados armados, enviados por los jefes de los sacerdotes. Antes, Judas acordó con los soldados que cuando llegaran al monte, besaría a uno de ellos y al que besara ése sería Jesús. Tras haber llegado , Judas besó a Jesús y los soldados lo prendieron. Uno de sus apóstoles sacando su espada intentó defender a Jesús, sin embargo, éste le dijo que guardara la espada.
Más tarde Jesús dijo:
- " Me habéis apresado como si fuese un bandido, sin embargo, cuando enseñaba en el templo no me apresásteis. Pero ha ocurrido porque se tiene que cumplir lo que escribieron los profetas."
Después de esto, los dicípulos huyeron.

MUERTE DE JUDAS:

Después de esto, Judas fue condenado, devolvió las 30 monedas de plata, arrojándolas al templo y se arrepintió diciendo:
-" He entregado a un inocente."
Después de esto se ahorcó.
COn el dinero compraron el campo del alfarero para la sepultura de los forasteros. Se llama "campo de sangre."
Así se cumplió lo anunciado por el profeta Jeremías.