
María y Marta eran de Betania, al igual que Lázaro, su hermano, que había caído enfermo.
Las hermanas mandaron llamar a Jesús para que lo visitara, pero cuando este llegó, Lázaro ya estaba muerto. Marta fue a recibirlo, mientras que María se quedó en casa. Habló con Jesús, y le dijo que si él hubiera estado con su hermano, éste no habria muerto, pero Jesús le dijo que iba a resucitar porque creía en él, y todo el que crea en él, aunque esté muerto, vivirá, y el que esté vivo y crea en él, no morirá.
Marta, que creía en él, fue a llamar a su hermana, y ésta fue a buscar a Jesús. Cuando lo vió, le dijo lo mismo que su hermana. Jesús se emocionó y preguntó donde estaba sepultado, y al verlo se emocionó más. Hizo que abrieran el sepulcro y entonces le habló a Dios y dijo: "Lázaro, sal fuera" y el muerto salió del sepulcro.
Jesús hizo que le quitaran las benda, y al verlo muchos judíos que habían ido a visitar a María, creyeron en él.
Las hermanas mandaron llamar a Jesús para que lo visitara, pero cuando este llegó, Lázaro ya estaba muerto. Marta fue a recibirlo, mientras que María se quedó en casa. Habló con Jesús, y le dijo que si él hubiera estado con su hermano, éste no habria muerto, pero Jesús le dijo que iba a resucitar porque creía en él, y todo el que crea en él, aunque esté muerto, vivirá, y el que esté vivo y crea en él, no morirá.
Marta, que creía en él, fue a llamar a su hermana, y ésta fue a buscar a Jesús. Cuando lo vió, le dijo lo mismo que su hermana. Jesús se emocionó y preguntó donde estaba sepultado, y al verlo se emocionó más. Hizo que abrieran el sepulcro y entonces le habló a Dios y dijo: "Lázaro, sal fuera" y el muerto salió del sepulcro.
Jesús hizo que le quitaran las benda, y al verlo muchos judíos que habían ido a visitar a María, creyeron en él.
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